Balneario La Puda

martes, 23 de febrero de 2010 en 18:06
Hace tiempo, accedimos a este impresionante edificio, rodeado de historia y de mala suerte, una incursión a su interior nos hizo ver lo que llegó a ser y así pudimos retratar en lo que se quedó.
Paseando por sus entrañas, jugando al perro y al gato con el vigilante y sus secuaces a cuatro patas, capturando texturas y formas, sin duda, un lugar que no deja indiferente a nadie.

La Puda, un ambicioso proyecto que acabó el en olvido.

El balneario de la Puda, llegó a ser uno de los más importantes de Europa gracias a sus aguas sulfurosas, sódicas y a sus manantiales y fuentes minerales.
Pero para conocer bien la historia de este balneario, remontémonos al año 1.755, cuando en el mismo punto donde se encuentra, a causa de un terremoto, aparecen unas fisuras en el terreno, de donde saldrán por primera vez las conocidas aguas termales, llegando a temperaturas de 28º C a 32º C.
Los primeros datos del balneario aparecen en 1.818, cuando al convencer al Gobierno, de sus múltiples usos terapéuticos, el Dr. Antoni Coca junto con Salvador Garriga, solicitan la construcción de dichas termas.
En 1.829 le conceden el permiso de construcción con la condición de tenerlo acabado en un plazo de tiempo y con un gasto de 60.000 reales. Con la construcción a medias, se encontró que el plazo acababa y el dinero desaparecía, y un 28 de Julio de 1.830, el Sr. Garriga, dado a la desesperación, acabo suicidándose, dejando su legado a su hermano, quien poco después, se uniría a Francisco Castell y a Francisco Pedrosa para continuar con el sueño de su difunto hermano, quienes tiempo después, acabarían la obra.
Pero no duró mucho, ya que unas fuertes lluvias en 1.842 hicieron desbordar el río Llobregat, incluso en dos ocasiones, a su paso por el balneario, que acabó inundado y arrasado por completo.
En 1.844 el Dr. Antonio Pujades pasa a ser parte del dueño de los desafortunados manantiales, levantando así un nuevo y monumental edificio y formando así una sociedad anónima que poco después lo llevaría a la ruina, hecho que hizo que el balneario pasara nuevamente a manos de sus compañeros Castell y Pedrosa, quienes hicieron que siguiera funcionando hasta el final de sus días.
El edificio, cuya estructura aún se conserva, consta de cuatro plantas, sótano, y semisótano, en el podíamos encontrar la galería de baños, el hotel, restaurante, capilla, lavandería, despacho de médicos, la sala de administración, salas de duchas y baños circulares, salas de inhalación, salas de pneumoterapia, piscinas y zona de pulverizaciones.
































4 comentarios

  1. Anónimo Says:

    bonito repor e ilustrado con muy buenas fotografías, me gusta la de la taza de W.C.
    con el suelo requebrajado (muy origina).Seguid
    así grupo.
    Manu

  2. Muchas gracias Manu!

  3. Está muy bueno este lugar!
    Las fotos del suelo quebrantado son las mejores, como molan esos suelos...

  4. Aviles Says:

    Dios mio que pena que este echo una calamidad ahora.

Publicar un comentario